Ante la conmemoración del Día Internacional de las Mujeres, Jueces para la Democracia debe valorar que el camino hacia la igualdad real en nuestro país continúa estancado y en algunos ámbitos se están produciendo importantes retrocesos. La situación económica y los recortes sociales están produciendo una feminización de la pobreza. La precariedad laboral ha perjudicado especialmente a las mujeres. Y la pérdida de derechos laborales, especialmente en el ámbito de la contratación temporal, también ha empeorado su situación.

La brecha salarial sigue en niveles inaceptables y las mujeres perciben salarios muy inferiores a los de los hombres por realizar el mismo trabajo. Además, el peso de los desequilibrios sociales recae especialmente sobre las mujeres, porque asumen la mayor parte de las cargas familiares.

Asimismo, se han producido importantes recortes en las prestaciones sociales a las víctimas de violencia de género. Este dato debe relacionarse necesariamente con el ligero descenso de las denuncias, que está conectado con el incremento de las desigualdades sociales y las mayores dificultades de las mujeres maltratadas para romper los vínculos con los agresores. El número de denuncias siempre ha sido la punta del iceberg y ha estado alejado de la violencia real. Ello está provocando un aumento de la cifra oculta de mujeres que sufren violencia de género y no la denuncian, sin que las instituciones públicas estén ofreciendo un apoyo social adecuado.

Por otro lado, la reforma legal del aborto que impulsa el Gobierno supone un ataque a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, así como al libre desarrollo de su personalidad, con proyección adicional en su derecho a la salud. Además, implica tratarlas como si fuesen menores de edad o incapaces, sin respetar su libre voluntad para adoptar las decisiones que estimen oportunas en el ámbito de su libertad. Se trata de la injerencia de mayor entidad a los derechos de las mujeres de los últimos años.

La presencia de las mujeres continúa siendo muy minoritaria en los puestos de dirección de las empresas públicas y privadas. Continúa existiendo una escasa participación de mujeres en los cargos de toma de decisiones. Más concretamente, resulta un síntoma muy negativo que en la judicatura ya exista una mayoría de mujeres, pero estas solo ocupen un porcentaje muy poco relevante en los altos tribunales.

Resulta necesario continuar avanzando en la supresión de estereotipos, en la erradicación de cualquier forma de discriminación, en una representación democrática más igualitaria y en la mejora de los derechos laborales de las mujeres. Desde Jueces para la Democracia hacemos un llamamiento a la sociedad y a las instituciones para redoblar los esfuerzos en el necesario camino a la igualdad real.

7 de marzo de 2014

SECRETARIADO DE JUECES PARA LA DEMOCRACIA