En unas recientes declaraciones Esperanza Aguirre ha asegurado que Manuela Carmena no era jueza, porque había accedido a la judicatura a través del cuarto turno. La realidad es que cualquier persona mínimamente informada sabe que Manuela Carmena accedió al poder judicial través de oposición, porque en aquella época ni siquiera estaba regulado el acceso por concurso a través del cuarto turno.
Sin embargo, desde Jueces para la Democracia consideramos especialmente preocupante la afirmación injustificada de Esperanza Aguirre de que quienes han accedido a la profesión a través del cuarto turno no serían propiamente jueces/as. Debemos recordar que a través del concurso ha accedido la cuarta parte de la judicatura. Y que todas estas personas son excelentes juristas, al igual que quienes han ingresado a través de la oposición. De hecho, en la judicatura no existe la menor distinción entre las capacidades de quienes han accedido de una u otra forma, ni tampoco hay diferenciación de cualidades por la forma de acceso en el funcionamiento de nuestros juzgados y tribunales. Todos ejercen las funciones judiciales y son igualmente magistrados/as, sin ningún tipo de matiz. Por ello, en la profesión se ha recibido con comprensible malestar esta manifestación peyorativa y clasista de Aguirre de que no son jueces o juezas quienes han accedido por el cuarto turno.
La emisión de cualquier falsedad sobre datos objetivos desde el ámbito político resulta reprochable. Y más todavía por parte de quienes pretenden ocupar cargos públicos de gran relevancia. Pero nos parece todavía más grave el intento de erosionar la credibilidad del propio Estado de Derecho con insinuaciones de que existen jueces/as que en realidad no tienen esta condición. Todo ello supone un intento de deslegitimar instituciones básicas de nuestro sistema constitucional. La credibilidad de nuestros órganos judiciales es especialmente importante en la situación actual, ante las numerosas causas de corrupción que se encuentran en trámite. En consecuencia, sería importante que, desde el ámbito político, personas como Esperanza Aguirre no siguieran con estas tentativas de cuestionar nuestro sistema judicial.
Esta valoración no supone una opción a favor de ninguna de las personas que se presentan como candidatas. Desde Jueces para la Democracia no apoyamos ninguna candidatura, pero sí que debemos defender al colectivo judicial frente a cualquier ataque demagógico que pretenda desacreditar a sus integrantes por su forma de acceso.
Además, consideramos también alarmante que, en este mismo contexto, la propia Aguirre haya minimizado los asesinatos de Atocha y haya frivolizado sobre ellos. Ninguna persona con auténticas convicciones democráticas puede dejar de reconocer la conexión entre estas trágicas muertes y la construcción de un Estado Constitucional que ha permitido a Esperanza Aguirre ocupar numerosos cargos públicos.
Resulta conocido que la proximidad de unas elecciones suele provocar en el ámbito político todo tipo de opiniones, algunas más afortunadas y otras más desafortunadas. Pero creemos que cualquier persona que se presente como candidata a unos comicios debe actuar con un mínimo de rigor, responsabilidad y respeto institucional. Desde Jueces para la Democracia consideramos que no todo vale y que los fines electorales no pueden justificar determinados medios. Nunca resulta admisible la aportación de datos objetivamente falsos. Ni descalificar a buena parte de quienes integran el poder judicial. Ni tampoco faltar al respeto a los abogados de Atocha, que murieron por defender un sistema de libertades y cuya memoria acompaña necesariamente la historia de nuestra democracia.
6 de mayo de 2015
SECRETARIADO DE JUECES PARA LA DEMOCRACIA