El presidente del CGPJ, Carlos Lesmes, está reiterando declaraciones en las que está mostrando poco respeto hacia las opiniones de integrantes de la judicatura y está utilizando la propia institución como instrumento de presión hacia quienes no piensan como él. Desde Jueces para la Democracia queremos recordar que el estatuto de nuestra profesión no impide el ejercicio legítimo de la libertad de expresión. No obstante, Lesmes manifiesta de forma continua que las opiniones con las que no está de acuerdo son contrarias a la independencia y la imparcialidad de quienes integran el poder judicial. Los derechos fundamentales de las juezas y jueces no quedan anulados por nuestro estatuto profesional. En los supuestos en los que el ejercicio de los mismos pueda afectar a la independencia o imparcialidad, nuestra legislación establece los correspondientes mecanismos de abstención o recusación

La actitud de Carlos Lesmes contrasta con su propia trayectoria profesional. Hay que recordar que ocupó cargos políticos de confianza, pues durante ocho años fue Director General del Ministerio de Justicia, durante la etapa de José María Aznar como presidente del Gobierno. Desde Jueces para la Democracia nunca cuestionamos su independencia o imparcialidad cuando regresó a la judicatura, a pesar de que haya intervenido como magistrado en asuntos que afectan o hayan afectado al poder político. En todo caso, podrían aplicarse los correspondientes mecanismos de abstención o recusación. También resulta conocido que Lesmes ha participado en numerosos actos de la FAES, la fundación de carácter ideológico del PP. Sin embargo, semejantes implicaciones no las considera relevantes y otras de mucha menor intensidad las cataloga como reprobables.

Desde esa contradictoria perspectiva, Lesmes reprocha a integrantes de la judicatura que expresen sus opiniones o que suscriban manifiestos, pero él se prodiga en expresar las suyas sobre los mismos asuntos. Hace poco el CGPJ prohibió a una magistrada de la jurisdicción social que participara en un foro social por la paz en Euskadi, sin que se pueda entender en qué puede ello afectar a su independencia, aunque se comprenda perfectamente que a Lesmes no le gustan las opiniones con las que no está de acuerdo.

En una reciente entrevista, Carlos Lesmes ha manifestado que “el Consejo se crea para dos funciones que se considera que no pueden estar en manos del Gobierno: el nombramiento de cargos judiciales y el ejercicio de la disciplina, porque al juez se le controla con el palo y la zanahoria”. Con ese tipo de declaraciones, el presidente del CGPJ muestra claramente su mentalidad autoritaria, desde la que no duda en hostigar las opiniones ajenas. A quienes comulgan con sus puntos de vista se les ofrece la zanahoria, en forma de premios y nombramientos; a quienes tienen legítimamente otra forma de pensar se les persigue con el palo.

Además, se trata de unas manifestaciones de una grosería inaceptable, gravemente ofensivas hacia quienes integramos el poder judicial, pues implican la creencia de que se nos puede domesticar como a animales. Y reflejan una concepción clientelar del poder que supone una falta de respeto hacia el trabajo diario que se lleva a cabo en cada juzgado o tribunal. Desde Jueces para la Democracia exigimos una rectificación de estas declaraciones. Y mostramos nuestra preocupación al estar cumpliéndose en el CGPJ los peores pronósticos que habíamos formulado, tras asegurarse el ministro Gallardón una mayoría del órgano de gobierno judicial afín a sus intereses.

17 de marzo de 2014

SECRETARIADO DE JUECES PARA LA DEMOCRACIA