La discrepancia entre las resolución judiciales es un síntoma de correcto funcionamiento de los Tribunales. Tanto la decisión del Juez Garzón, como el de la Audiencia Nacional, como el voto discrepante son legítimas. Responden a una interpretación jurídica y honesta de los hechos y por eso deben ser respetadas.

No es bueno leer las resoluciones judiciales en clave política, porque los Jueces tenemos la misión constitucional de aplicar la ley y el derecho en cada caso concreto en base a las pruebas o indicios obrantes en la causa. La AN no ha decretado el archivo de estos siete procesados. En una resolución motivada y razonada y tras estudiar todo el material indiciario ha decidido que éste no es suficiente para mantener la prisión provisional. Pero siguen todos ellos imputados y les impone el pago de una fianza y comparecencias quincenales. No cierra por tanto ninguna puerta.

El derecho a la discrepancia es consustancial al Estado Democrático, pero la libertad de expresión para contribuir a la opinión libre en una sociedad democrática tiene que emitirse tras el análisis serio y riguroso de las resoluciones de las que se emite la crítica.

Oidos y leidos algunos comentarios, Jueces para la Democracia afirma que de la trayectoria de los Magistrados destinados en la Audiencia Nacional no puede dudarse en absoluto de su dedicación, preparación y empeño firme en la lucha legal contra el terrorismo, que es el más grave problema político y humano existente en la sociedad española.

SECRETARIADO DE JUECES PARA LA DEMOCRACIA

Barcelona, a 5 de Abril de 2001