Desde la comisión de Igualdad mostramos nuestro máximo rechazo a las manifestaciones e intenciones de determinadas fuerzas políticas donde incluyen contenidos contrarios al principio de igualdad incluso sugiriendo la eliminación de órganos de decisión que hasta la fecha se han mantenido constantes en el organigrama del Ejecutivo.

La verdadera democracia debe garantizar mecanismos de equilibrios de poder e instituciones responsables que permitan a las mujeres adaptar sus derechos y libertades cuando estes son abusados y vulnerados garantizando que sus reivindicaciones y sus necesidades estén salvaguardas. Si dichas instituciones no existen y funcionan, se manda el mensaje a las mujeres de que sus derechos de ciudadanas son peores y están subordinados a los derechos de los hombres. Si las mujeres no podemos hacer que el gobierno se responsabilice de promover la igualdad de género, la ciudadanía de las mujeres carece cimientos fuertes. Una democracia sólida y en constante perfeccionamiento debe responsabilizarse de crear las condiciones para que la causa de la igualdad de género avance. 

La igualdad no solo es posible, sino que es una aspiración democrática.