DECLARACIÓN  DE MEDEL SOBRE EL BARCO DE RESCATE AQUARIUS

 

MEDEL considera que la decisión de rehusar  la acogida en los puertos italianos al barco humanitario y de rescate Aquarius ha vulnerado gravemente los valores sobre los que descansa el patrimonio espiritual y moral de la Unión Europea.

 

La tragedia humanitaria de los flujos migratorios actuales que se producen cuotidianamente en el Mediterráneo apela a Europa y a sus Estados Miembros a respetar las promesas contenidas en la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea; el compromiso de que las personas sean el centro de la acción de la Unión Europea;  la responsabilidad y los deberes con respecto a otras personas de la comunidad y de las generaciones futuras, con el fin de que todos puedan disfrutar de sus derechos fundamentales.

 

MEDEL, hoy, como tantas veces en el pasado, recuerda que es a partir de este compromiso que surge la solidaridad, en tanto que valor indivisible y universal de la Unión Europea.

 

La solidaridad no es un simple deseo o utopía: es el camino que Europa y todos los Estados Miembros están comprometidos a seguir para proteger la inviolabilidad de la dignidad humana. El rechazo a autorizar el acceso a los puertos italianos del barco de salvamento Aquarius, transportando 629 refugiados e inmigrantes, salvados con la contribución de la guarda costera italiana, incluyendo 123 menores no acompañados y 7 mujeres embarazadas, ha provocado que muchos demandantes de asilo permanezcan a la espera incierta de una llamada a la “solidaridad humana” lanzada a otros países europeos en nombre de la seguridad y de los intereses nacionales.

 

MEDEL estima que la referencia a un “deber de solidaridad” entre todos los Estados Miembros para justificar el cierre de los puertos a los inmigrantes angustiados en el mar constituye una inversión moral de este valor, que entra en contradicción con las obligaciones  del marco jurídico internacional  y los principios que hacen de salvar vidas una prioridad.

 

MEDEL continuará siempre apoyando a aquéllos que –aún y arriesgando su vida por salvar a personas en peligro en el mar Mediterráneo – defienden estos principios. Por este motivo, MEDEL ha propuesto, para este año, a la ONG Proactiva Open Arms al premio Vaclav Havel de los derechos humanos de la Asamblea  Parlamentaria del Consejo de Europa.

 

La decisión del gobierno español de poner fin a la incertidumbre  inaceptable de los inmigrantes para  su propia seguridad, reafirma esta prioridad y el valor de la solidaridad que obliga a Europa y a todos sus Estados Miembros a apoyar a los países en la primera línea de los flujos migratorios  y a  cooperar en las acciones de salvamento y en la acogida a demandantes de asilo.

 

Las acciones humanitarias nos devuelven al interior de las fronteras que no deben ser nunca traspasadas,  no  de aquellas que  han sido trazadas haciendo uso del miedo para proteger  la soberanía de los Estados, sino de aquéllas de la  Europa en tanto que comunidad de derechos, de igualdad, de dignidad y de igualdad de  oportunidades para todos.