Comunicación de la Comisión de lo social al 24º Congreso.

La masiva destrucción de empleo lleva a las patronales y sus propagandistas a citar al mercado laboral como centro de la crisis y final de las políticas económicas. Banco de España, CEOE, Expansión, Cinco Días, El País ( con Laborda y la CECA) etc… dedican una insistente publicidad al mantra de la flexibilidad.

No deja de ser una muestra de cinismo encabezar  manifiestos y artículos aduciendo que la crisis no la ha causado el mercado laboral para a continuación hacer recaer todo el cambio del modelo en reformas en este campo. Sin apuntar propuestas en otras direcciones.

Son los mismos que en la década de los ochenta sostenían que la rigidez del mercado laboral y la excesiva protección al desempleo (en un período en el que menos del 25% de los parados recibían alguna prestación) era la causante del elevado desempleo español.

Son los mismos que en la década de los noventa, cuando la tasa de temporalidad ya estaba en el 30% adujeron que la rigidez provenía de la propia temporalidad, pues este colchón de temporales permitía a los empleados fijos estar a salvo de los ajustes de plantilla, eludiendo el hecho que en la crisis de 1991-1994 se destruyera básicamente empleo estable.

Son los mismos que han seguido con variaciones del tema con independencia de las numerosas reformas habidas desde 1994.

Les da igual,  el problema del desempleo sigue residiendo para ellos en la dualidad del mercado laboral (fijos protegidos, temporales precarios), el carácter inflacionista de la negociación colectiva, la falta de incentivos a la búsqueda de empleo debida a un exceso de duración de la protección y demás raca-raca.

Pero sus argumentos llegas en un momento aparentemente adecuado para ellos.

Hoy cuando ellos dicen que la destrucción de empleo se  ceba más en los temporales que en los fijos y cuando acaban de anunciar que los salarios en el último trimestre subieron casi un 5%, elaboran manifiestos dado que piensan que la coyuntura por fin les es favorable a sus argumentos de siempre.

Obvian el tema de los cambios en el empleo.

Comparando la evolución del empleo asalariado de los últimos meses resulta que mientras en conjunto se destruyen 1,03 millones  de empleos este valor es el resultado de una destrucción de casi 1,19 millones de empleo temporales y la creación de 0,16 empleos fijos. Tal evolución obliga a pensar que debajo subyacen cambios en la estructura ocupacional. Se aprecia que en el caso de las mujeres se pierden muchos menos puestos de trabajo y se generan más de un cuarto de millón de empleos fijos, y dada la enorme segregación ocupacional por género no hay duda que explicar lo que ocurre requiere analizar las cosas con más detalle. Constatar que ocurre de nuevo el sector público, el porqué se comporta de forma diferente que el privado. Analizar lo que  ocurre por sectores y ver la importancia del efecto composición y como la enorme destrucción de empleo temporal es debido al enorme peso del empleo temporal en los sectores en los que se ha concentrado la crisis, especialmente en el caso de la construcción, el comercio, la hostelería.

Los procesos de creación y destrucción de empleo  obedecen a lógicas bastante más complejas que los simples modelos duales con los que se manejan por la patronales.

En la estructura del mercado laboral español hay inmensas desigualdades pero estas no pueden limitarse al simple esquema fijo-temporal sino que afectan a  muchas más variables.

Y engañan con los salarios, pues estos  recogen el salario medio que reciben los asalariados empleados en el trimestre en concreto, pues es obvio que entre dos trimestres puede que hayan variado los salarios o el volumen de empleo, y ambas variaciones afectarán al dato final. Si se reduce el empleo, el salario medio del trimestre anterior se obtenía de un número mayor de asalariados que el siguiente. Si los empleos destruidos se han producido entre los personas con salarios más bajos, la media del trimestre siguiente dará un resultado superior simplemente porque los que han mantenido el empleo cobran más. Los salarios no han cambiado. Esto es lo que explica el dato del incremento de salarios, que nada tienen que ver con la negociación colectiva.

 

Hay que afirmar que España posee el mercado laboral más flexible de la UE, tanto como las consecuencias de la crisis tiene en la destrucción de empleo, basta repasar los elementos patológicos de este inmenso ajuste de costes por la vía de ajuste de solo la masa salarial:

1.Con el uso del art. 56.2 ET, despido individual improcedente con entrega de la indemnización no controlada como forma de eliminar plantilla. En el año 2008, los despidos individuales declarados improcedentes unilateralmente por el empleador constituyen el 60% del total de los despidos efectuados.

2.Elusión de las disposiciones del despido objetivo y del ERE. El despido se configura como una reacción para mantener o aumentar el beneficio. El despido como forma de afrontar el estancamiento empresarial, frente a otras medidas como las suspensiones.

3.Utilización de la ley concursal como fórmula de descolectivizar y abaratar despidos, eliminar la presencia mediadora de la Administración Pública e introducir los acuerdos plurales.

 

Las reformas deben ser correlativas a las situaciones patológicas descritas:

1.Derogación del art. 56.2 ET.

2.Reforma de la Ley concursal en:

  1. Redefinición de la competencia del juez mercantil, que debe quedar limitada a la esfera de la ejecución, preservando la competencia declarativa en el juez de lo social.
  2. Reforzamiento de las garantías de los créditos de los trabajadores frente al resto de los acreedores.
  3. Eliminación del juez mercantil en el llamado procedimiento judicial de regulación de empleo.
  4. Sustraer al Juez mercantil de todas las competencias declarativas sociales.

3.Reposición de prestaciones por desempleo para aquellos trabajadores que vieran extinguido su contrato de trabajo después de un período de suspensión.

4.Implantar verdaderas estrategias de reparto del empleo en su doble variante de reducción de jornada y conversión de trabajo a tiempo completo en tiempo parcial, como fórmulas complementarias encuadradas a través de la negociación colectiva, eso si, contando con la voluntariedad individual del trabajador en esos procesos de conversión.