En la sesión de la Comisión Parlamentaria sobre la financiación de los Partidos Políticos del pasado 16 de Diciembre, el Sr. Naseiro insiste, obcecadamente y con un evidente interés, en descalificar personalmente al juez Luis Manglano. Al respecto de lo manifestado por el Sr. Naseiro, queremos indicar:

1.-No es el estilo de esta Asociación replicar al insulto con el insulto; sin embargo, nos tranquiliza que el Sr. Naseiro use el calificativo «miserable» para referirse a Manglano: de ese modo, el Sr. Naseiro retrata su propio discurso, y nos ahorra mayores esfuerzos al respecto.

2.-El Sr. Naseiro refiere, en su comparecencia, haber sido «torturado psicológicamente», aludiendo a lo por él sentido en el curso de su detención y declaraciones ulteriores. Queremos precisar que el trato que le dispensó el juez (así nos consta) fue el que normalmente tiene cualquier ciudadano que se ve envuelto en trances análogos. Pero, como no podía ser menos, el Sr. Naseiro se olvida de las exigencias legales e intenta capitalizar supuestos sentimientos y emociones que le pertenecen, sin duda, pero de los que no cabe hacer uso tan espúreo.

3.-La Comisión ante la que compareció el Sr. Naseiro ventila una eventual responsabilidad de contenido político. Para eludirla, el declarante recurrió sistemáticamente a lo ya resuelto en otro ámbito distinto, el jurisdiccional, -donde se dictó el tan conocido Auto hipergarantista- y trata de desviar la atención desde lo realmente importante, la investigación sobre una particular financiación, hasta lo, en este caso, puramente episódico. La técnica que utiliza es muy conocida: inventa un chivo expiatorio e intenta culpabilizarle de sus propias responsabilidades. Sin embargo, el juicio político al que ahora se enfrenta(n) (que como Asociación nos es por completo indiferente) nada tiene que ver con Manglano. Esto debe quedar rotundamente claro.

4.-Todos los que le conocen, saben que Manglano es un juez especialmente preocupado por garantizar, en cualquiera de sus actuaciones, el conjunto de lo que constituye el eje de la cultura jurídica compartida universalmente, los derechos fundamentales y las libertades públicas. Esa es su única ideología desde el punto de vista profesional. El Sr. Naseiro sabrá cual es la suya propia. Mucho nos tememos que una y otra no tienen nada que ver.

 

Madrid 21 de Diciembre de 1.994

EL SECRETARIADO